Nací en Gran Canaria, a dos pasos de la playa y con un sol que raja las piedras.
Siempre he sido muy curioso y, desde muy pequeño, me apasiona la tecnología. No tardé mucho en decidir que quería estudiar algo relacionado con el mundo de la informática, y para cuando acabé el instituto, ya hacía años que me había decidido a ser desarrollador de software.
En febrero de 2017, con 20 años, decidí mudarme a Barcelona, ciudad que ya había visitado en anteriores ocasiones y de la cual me había enamorado.